El proceso de adaptación de los niños al kínder es un momento crucial y los buenos kínderes lo manejan con sensibilidad y estrategias específicas:

  • Periodo de adaptación gradual: Suelen ofrecer unos días o semanas iniciales con horarios reducidos, aumentando progresivamente la duración de la estancia del niño en el kínder.
  • Acompañamiento familiar: En algunos kínderes, se permite la presencia de un padre o tutor durante los primeros días para que el niño se sienta más seguro.
  • Comunicación constante: Maestras y personal mantienen una comunicación fluida con los padres para compartir el progreso del niño y darles consejos.
  • Ambiente de bienvenida: Decoración cálida, juguetes atractivos y una actitud empática del personal para hacer sentir al niño seguro y querido.
  • Rutinas claras: Establecimiento de rutinas predecibles para que el niño sepa qué esperar y se sienta más seguro.
  • Actividades lúdicas: El juego como herramienta principal para que el niño se integre, explore y se relacione con sus compañeros y maestras.
  • Personal de apoyo: Algunos kínderes cuentan con psicólogos o personal de apoyo para casos de adaptación más complejos.

Un buen proceso de adaptación es fundamental para que el niño se sienta feliz y seguro en su nueva etapa escolar.

En el Instituto IVH, hemos desarrollado un proceso de adaptación lleno de calidez, paciencia y profesionalismo, implementando cada una de estas estrategias para asegurar que la transición sea suave, positiva y feliz. Para nosotros, la seguridad emocional de tu pequeño es la base de todo aprendizaje.
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